Dejan la seguridad por andar en el show

Yanga.- Sin importar la inseguridad que impera en la zona, el alcalde Gerson Morales Villanos, ordenó la noche de este miércoles que tres de los 12 policías con los que cuenta la corporación, “debutarán” dentro del show cómico del comediante Carlos Donal, dentro de las actividades del festival de la Negritud 2015.

 

Y es que en la aparición del comediante con su personaje de Luis Miguel, era necesaria la presencia de guardias privados, sin embargo, ante la falta de los mismos, se les ordenó a los policías se ocuparan de trabajar como extras en su presentación.

 

Por más de una hora, los elementos permanecieron en el escenario acompañando al comediante del programa Parodiando, quien en varias ocasiones hizo mofa de sus guaruras “especiales” y que portaban uniformes oficiales.

 

Sin embargo, esta no fue toda la atención, sino también el uso de las unidades de lujo con las que cuenta el Ayuntamiento y que son utilizadas como
patrullas y en las que son trasladados los artistas de televisión que fueron contratados para el evento.

 

En esta nueva emisión del Festival Afrocaribeño Yanga 2015, se ha señalado de manera constante el uso desmedido de recursos para la contratación de grupos y artistas no culturales, mientras que la falta de servicios básicos como agua, recolección de basura y drenaje, siguen siendo una necesidad en esta localidad.

 

Y es que el anarquismo total con que trabaja la Policía municipal se ve reflejado en el incremento continuo de robos a la población, los asaltos a transeúntes, daños a casas habitación y la falta de atención en los llamados de auxilio.

 

Las viejas prácticas y corruptelas de la Policía de Yanga, se notan aún más en el carnaval anual con el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y los pleitos callejeros que se convierten en “su agosto”, aprovechando las multas administrativas.

 

Esas y muchas otras anomalías se viven en el decadente carnaval de Yanga, que año con año muestra su falta de organización y tipo de evento que ha perdido su verdadera esencia, pues cuando en otros años era cultura y tradición, es ahora sólo una fiesta de alcohol, corrupción y “beneficios” para los funcionarios.