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EL GATOPARDO: LAS VÍSCERAS DE TRUMP

Superiberia

Esta entrega va a solicitud de un buen amigo lector, quien me pide explique con bolitas y palitos de donde le sale tanto odio a Donald Trump (DT) por todo lo que huela a frijoles, garnachas, sopes y burritos mexicanos, nomás porque, según sus cuentas, el TLCAN nos beneficia solo a nosotros y no a “su” País.

Para comprender las razones de Trump vamos a considerarlo a él, a sus congéneres y a “su País”, como lo que realmente son: gerentes y empresas privadas, agrupadas en oligopolios financieros, de cuyos dueños poco sabemos. Quitémosles el traje de patriotas, presidentes, gobernadores y diputados, próceres de países soberanos, libres y justos; pues la analogía aplica para todas las naciones.

Como todo propietario capitalista, los monopolios primero ven por sus ganancias y nunca por las de su competencia, estando dispuesto a todo con tal de avasallar, conservar e incrementar los nichos de mercado. Durante los últimos 50 años han dominado los neoliberales, quienes dicen promover la libertad de participar en el mercado libre como oportunidad de enriquecimiento igual para todos.

Esto es una mentirilla, pues los mercados actuales son sometidos por pocos oligopolios, dejando migajas para los restos de población. Un ejemplo, son los Tratados de Libre Comercio impuestos por los neoliberales a todo el mundo. En el caso de la empresa mexicana, se llama: Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pues incluye en su dominio a Canadá y Estados Unidos.

A BENEFICIO DE LA OLIGARQUÍA

El TLCAN fue revestido de criterios para proteger el mercado interno del centro neoliberal, el capital gringo, dándole garantías absolutas para su exitosa inversión financiera, como son: disponibilidad controlada de fuerza de trabajo barata, exenciones fiscales, seguridad a las inversiones; expedita salida de capitales, apertura incondicional del mercado local.

Y lo lograron: la oligarquía en México obtiene tasas de ganancias extraordinarias superiores a las de su país de origen, a costillas de la pobreza de las mayorías y de la privatización de riquezas nacionales, como son el petróleo, las vías de comunicación, la extracción de metales preciosos y materiales químicos; los litorales y, el agua.

Pero el robo no fue perfecto, pues tras de la magia del manejo de capitales mediante la concentración de acciones y préstamos leoninos hay un gran defecto: no se crea riqueza. “El haber”, solo cambia de manos.

Exactamente como pasa en una mesa de juego de cartas: la suma de lo que todos tengan no aumenta solita, nomás cambia de bolsillos y, siempre, a favor del dueño del casino. La única manera eventual de aumentar el monto es invitando a la mesa a un idiota que se deje esquilmar su dinerito. Pero, sumado, vuelve a pasar lo mismo.

Cuando un jugador pierde su monto, empeña y pide préstamos a la banca hasta que le llega su límite; para que el negocio siga siendo atractivo, alguien gana de vez en cuando, pero nunca más que el dueño. Así como el propietario de la mesa feliz nunca deja de ingresar, los perdedores rencorosos abrumados por sus irreparables pérdidas, acaban riñendo deseosos de volverse a repartir el dinero.

Así, la molestia histórica del grupo de capitalistas representados por Trump se debe a que en su tiempo fueron vetados por los dueños del gran casino neoliberal, por sus retrógradas maneras de querer jugar con medidas protectoras de su capital, que incluyen recuperar hasta la maquila de los juegos de azar, reubicando los casinos en su territorio, prohibiendo su apertura en otros lugares.

EL CAPITAL NO MIRA POR TERRUÑOS

Tampoco por los compatriotas. Con todo el poder del Estado Mundial en sus manos, los accionistas capitalistas convencidos por los Chicago Boys de enriquecerse a costillas del mundo pobre desmontaron sus industrias en el país de origen, sobre todo departamentos de la división técnica que emplea mucha fuerza de trabajo, colocándolas en talleres maquiladores, asegurados por mastines.

Al tiempo, -la concentración del dinero capital en manos del dueño del casino se copó, inclusive su oportunidad de reinversión, pues la miseria de sus alrededores ya no permite ni siquiera prestar a envilecidos jugadores, endeudados y, sin crédito.

Con los mercados agotados, en los Estados Unidos se libra una guerra civil no aceptada por tanto choque entre el montón de grupos de inversión, pues, consumido el recurso de la explotación de los pobres y la clase media súper endeudada, no reparan al comerse entre ellos con tal de seguir incrementando su riqueza.

Cuando un capitalista financiero dice, “-esa prenda es mía”, hay que hacerse a un lado, pues hasta con sangrita se la chupan.

MERCADO COOPTADO

Es el caso del mercado mexicano acaparado desde hace 100 años por la economía internacional capitalista controlada por el Estado y los gobiernos norteamericanos emanados del perverso juego de los Partidos Republicano y Demócrata liderados por George W. Bush/Williams Clinton (B&C), gobernantes prestanombres de G. Soros y Goldman Sachs, fondos de inversión de Loyd Rothschild y otros capitalistas en alianza estratégica con grupos locales, de los cuales, los más fuertes forman parte de la oligarquía internacional. Uno de ellos es Carlos Slim & Co., el más conocido, pero no el más enriquecido de nuestros paisanos.

Como en el mundo, en México los tecnócratas neoliberales cerraron empresas y mercados a los capitalistas conservadores suprematistas representados por Trump, como testimonia William D. Cohan, con 17 años de experiencia en la banca de inversión y autor de libros sobre Wall Street: -“Creo que, hasta cierto punto, a Trump le gusta el hecho de que todos esos tipos de Goldman, que no hubiesen hecho negocios con él por el tipo de cliente que es, estén ahora en su Gabinete”.

GOLPE DE TIMÓN

El grupo de capitalistas representados por Donald Trump llega al poder mediante un golpe de estado electoral, aprovechándose de las debilidades representativas del sistema electoral gringo que deja el enroque del poder en manos de 538 electores, que deciden quien gana, sin importar los votos recabados.

Se dice que Trump triunfó con ayuda estratégica de Vladimir Putin, cabeza de otro enclave internacional de capitalistas deseosos de pararle los tacos al acaparador neoliberalismo blandido por Bush&Clinton.

Igual, se dice, que ganó con ayuda de los poderosos comandantes del ejército gringo, pues la señora Hilary jugaba a la continuación de las guerras sin descartar la nuclear, para seguir imponiendo sus intereses al mundo; repitiendo cuantas veces fuera necesario el recurso del engaño y crimen, como fueron los casos de Saddam Hussein en Irak y Kadafy en Libia, para hacerse de sus reservas dinerarias y oro en bancos, del petróleo, de aguas, tierras, propiedades, sin importar el costo en vidas masacradas o sometidas y culturas destruidas.

Trump aprovechó la coyuntura de debilidad neoliberal copada por sus propias contradicciones resultado del abuso de las políticas financieras, de excelentes resultados macroeconómicos para los mero-ricos, pero miserables efectos microeconómicos contra los parias del mundo, incluida la burguesía no monopólica, la pequeña burguesía, así como los trabajadores de Estados Unidos afectados por deudas bancarias impagables y el desempleo.

Lo malo de estirar la liga es que luego se rebota: es lo que le pasó a los Estados Unidos, hoy presa de guerras intestinas. Hilary Clinton y los Bush fueron pateados de la Casa Blanca, pero no del control del Congreso bipartidista; al paso del tiempo, por fallas del equipo inicial del gobierno trumpista y obvias negociaciones del poder estadounidense, se recuperan de la conmoción en las redes del poder washingtoniano, pues sobre el discurso se imponen las relaciones de producción y propiedad más fuertes, incluyentes del poderoso sector militar; pero la sociedad no se recupera, siendo presa de choques convulsos como las masacres y expresiones xenofóbicas, originadas, además en directrices de los círculos de poder que no cesan en joder a los otros.

MATANDO A LA GALLINA Y SUS POLLUELOS

Desconociendo las reglas del imperialismo ya trazadas, Trump se dedica burdamente a cumplir con sus promesas de campaña efectistas, pero necesarias para sus planes de negocio: -dejamos de subsidiar al mundo, sacando del País a los ilegales culpables del desempleo gringo y del consumo de drogas.

Golpea a sus competidores en lo que más les duele: el acceso irregular a la fuerza de trabajo de millones de ilegales dispuestos a hacer el trabajo sucio empresarial a cambio de 7 dólares por hora, mientras un trabajador legal cobraría 39. Amenaza con aumentar impuestos y quitarles prebendas a empresas gringas con sucursales en México y en cualquier parte del mundo, con tal de proteger su industria y comercio.

No obstante, lo único que desean los trumpistas es tener acceso a su tajada del mercado mexicano controlado por los neoliberales Chicago Boys, Wall Street  y el Banco Mundial, amenazando la productividad de sus negocios gracias a las condiciones de explotación de trabajo ilegal en Estados Unidos y legal en suelo mexicano.

Además, tontamente corta el relevo generacional de los braceros por los dreamers, fuerza de trabajo mejor calificada pero no mejor pagada, pues seguirán siendo ilegales.

PELEAS ENTRE OLIGARCAS

Trump amenaza con borrar al TLCAN pues solo beneficia los negocios interburgueses neoliberales de sus competidores. Aunque la propaganda de masas enfatice en que Trump daña “a México”, que lo hace, los principales preocupados son los grupos de capitalistas que nos dominan, así como todos aquellos afectados por el aumento de los costos de producción y la automática reducción de sus márgenes de ganancias.

Así que tanta amenaza sobre la supuesta dignidad de México con la imposición de un carcelario muro y la clausura del TLCAN, no son más que resultado del blofeo y bufonadas propias e imposición de términos comerciales entre capitalistas; que difieren en dos modos de apropiación de la riqueza mundial: los neoliberales no reparan en destruir relaciones locales, en aras de la concentración en sus manos de la riqueza mundial. Y, los conservadores se afanan en sus medidas proteccionistas territoriales, como enclaves de su poder mundial.

Pero, la inteligencia imperialista tiene otra jugada, maestra, para salir del atolladero actual: crear una mega oligarquía, integrada por cuatro centros de poder mundial.

FIN DEL MODELO NEOLIBERAL

Se impone un cambio de modelo geo-político-económico, incluyente de los intereses de la Unión Europea, Rusia y China. En medio de este mega-juego de poder, ¿qué rola desean jugar quienes dominan a México? No desean la independencia al estilo catalán; tampoco compartir el mercado con las huestes de Trump; menos cortar de tajo su recurso de fuerza de trabajo domesticada, ni ceder a sus medidas ultra proteccionistas a la vez de franquearle los mercados de consumo suntuario a los productos “Melanina Trump & Co”.

No apoya por retrógrada su idea de encerrarse entre muros, dedicándose a mandar cruzadas punitivas al mundo. Prefiriendo la táctica de Alejandro Magno (avanzar organizando a los derrotados, para que solo administren su terruño) está obligada a bloquear al Trump casero, negociando con sus pares un nuevo orden político basado en gobiernos colegiados legitimados, en contra de los fracasados gobiernos presidencialistas legalmente impuestos, pero, absolutamente ilegitimados.

¡SOPAS DE COLIFLOR AZTECA!

Se trata de atrapar en su política conciliatoria a las grandes masas ciudadanizadas sin visos ni de extrema derecha ni de radical izquierda, con partidos funcionalistas embotados en labores sensatas de Administración Pública a favor de la reactivación del capital, asegurándole fuerza de trabajo barata controlada y un mercado cautivo.

Por ello, el necesario relevo del PRI desgastado ya no será un PAN igual de quemado, ni la Morena tostada por políticos tránsfugas; incapaces todos de derrotar al abstencionismo, medida cruel de su desprestigio. Y, más, por la presencia de la cándida Marichuy  apoyada por la única fuerza militante, real, del País; quien no desea ganar el puesto preciado, sino solo continuar denunciando sus condiciones de miseria y opresión.

GATOPARDO SOCIALDEMÓCRATA

Al unísono del concierto internacional trazado, el Estado mexicano ha decidido integrar gobiernos de coalición resultado de alianzas partidistas socialdemócratas; usando tácticas de coalición de fuerzas ciudadanizadas, incluyentes de regionalismos representados por administradores insaculados del terruño para ocultar que, tras del supuesto democrático, siguen mandando los mismos.

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