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LA MANGNÍFICAT DEL HUACHICOL

Superiberia

Por Andrés Timoteo   /  columnista

LA MANGNÍFICAT DEL HUACHICOL

Corre la tercera semana de la llamada “guerra contra el huachicol” que emprendió el Gobierno del morenista Andrés Manuel López Obrador para menguar el saqueo de combustible en Petróleos Mexicanos (Pemex) y al menos una decena de Estados están por desabasto de carburantes, principalmente gasolina, incluida la Ciudad de México. Tal escasez de combustible es por la suspensión del flujo de gasolina en algunos ductos y también por el sabotaje de otros que sí lo transportaban.

Lo innegable es que ese desabasto ha polarizado a la sociedad. Por un lado, los miles de afectados que no pueden moverse o transportar mercancías y servicios en sus automotores, que acusan que México ya comenzó a parecerse a la Venezuela de Nicolás Maduro, y por el otro, los que defienden la medida y justifican la precariedad temporal como un “mal necesario”. Las redes sociales son el campo de batalla de ambas posturas.

Empero, a pesar de las torpezas cometidas por los funcionarios federales no solo para preveer y atender el desbasto de combustible sino para comunicar eficazmente a la población sobre el tema, el combate al ‘huachicoleo’ efectivamente era urgente y necesario. 

Se han visto deficiencias pasmosas como la frivolidad de la zacatecana Rocío Nahle, secretaria de Energía, quien hace días se solazaba disfrutando -y presumiéndolo en Twitter- de un partido de futbol cuando ya estaba en auge el desabasto de combustible o la impericia de los responsables de Pemex para gestionar el producto y sobre todo para explicarle a la población del suceso.

Tampoco le ayudan al presidente López Obrador sus lemúridos en las redes sociales que atacan y ofenden a quienes se quejan del desabasto, acusándolos de “prianistas”, de “maría del poder”, de apoyadores de los ‘huachicoleros’ y demás adjetivos. La descalificación hacia el inconforme es echarle gasolina a la hoguera -ahora sí quedó la metáfora- de la polémica y el cuestionamiento para con el Gobierno en turno.

Por supuesto, esos descalificadores solo imitan al propio López Obrador quien ha acusado a la ‘prensa fifi’ o “conservadora” el difundir y, según él, potencializar la inconformidad ciudadana, pero sobre todo porque sus dichos, aunque han sido sus acciones las que han desconcertado hasta a sus propios seguidores pues habla de combatir la corrupción -es decir, la acción-, pero no de castigar a los corruptos.

Todos en el País, sean pejistas o antipejistas, esperaban que con esta ‘guerra contra el huachicol’ cayeran los grandes responsables de este, los ‘huachicoleros de arriba’ como el mismo tabasqueño los ha llamado y uno de ellos es el dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps quien hoy por hoy es uno de los sinónimos de la corrupción en el País.

¿Y qué hizo López Obrador? Lo exoneró, afirmando que ni siquiera existe una investigación judicial en su contra. Vaya, si todos saben que Romero Deschamps es el prototipo del mafioso del ‘huachicol’, quien increíblemente ahora, según el Mandatario, es como la protagonista de la oración La Magníficat, sin mancha alguna. Esas son las contradicciones que ponen a dudar a todos del supuesto combate a la corrupción.

UN CORDOBÉS EN EL ASUNTO

Por supuesto que las palabras del Mandatario contradicen la realidad, tan es así que el propio Romero Deschamps ya promovió un amparo judicial, y eso fue antes de que el Presidente lo exonerara públicamente. ¿No es eso contradecir su política de combate a los ‘huachicoleros’”?

Hasta donde se sabe, de los 11 exfuncionarios supuestamente investigados por ese delito, el único visible es el exsubdirector de Salvaguardia Estratégica de Pemex, el militar Eduardo León Trauwitz, cercano al expresidente Enrique Peña Nieto, pero de ahí ninguno de los ‘huachicoleros de arriba’ ha sido encausado y eso que sobran, desde los directores de Pemex en los últimos tres sexenios hasta los expresidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto.

Por cierto, en los entretelones del asunto se dice que podría salir a relucir el nombre de un veracruzano que estuvo al tanto de todo ese asunto del saqueo de combustible en Pemex. Se trata del cordobés Juan Bueno Torio, exdirector de Pemex-Refinación durante el Gobierno de Fox Quezada y quien ha sido acusado -nunca procesado- por negocios hechos con el transporte de combustible.

No hay que olvidar que la periodista Ana Lilia Pérez tuvo que exiliarse, debido a las amenazas emitidas por Bueno Torio que se incomodó por las investigaciones periodísticas sobre la corrupción en la paraestatal que lo involucran. La reportera quien desde 2012 radica en Alemania, escribió el libro “Camisas Azules, Manos Negras”, en las que detalla la corrupción en Pemex y dos capítulos están dedicados al también exsenador y exdiputado local. ¡El que quería ser Gobernador de Veracruz!

Ana Lilia Pérez documentó cómo Bueno Torio hizo negocios con el llamado ‘Plan Piloto de Transporte Dedicado’ dando contratos a modos que beneficiaron a empresas de funcionarios públicos, entre ellos al exsecretario de Gobierno, Juan Camilo Mouriño y, claro, beneficiando a su empresa familiar de transporte, los famosos ‘Chabelos’.

Bueno Torio también hizo fabulosos negocios con el transporte de combustible vía marítima y más de uno lo relaciona con los hermanos Bibriesca, hijos de Martha Sahagún de Fox. Si escarban más en el asunto saldrán muchos pecados pendientes del cordobés quien, por cierto, es aliado en los últimos años del impresentable exGobernador de Veracruz, otro que también tiene asuntos pendientes en ese tema.

El innombrable sería dueño de al menos medio centenar de gasolineras a través de prestanombres, entre ellos el exalcalde de Alvarado, Ángel Zamudio Trinidad y el empresario Gilberto Bravo Torra, quien de vendedor de seguros pasó a ser un magnate del combustible -ahora es presidente de la Organización de Gasolineros de Veracruz- y a sus estaciones de servicio son clientes habituales de la industria del ‘huachicol’ de acuerdo con la vox populi. Si hay voluntad de combatir ese delito, ellos son los primeros a investigar en Veracruz.

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