Córdoba.- Los ministros religiosos tienen la labor de llevar la paz de la verdad y la reconversión social, así respondió el padre Domingo Ortiz Medina, ante los cuestionamientos sobre el encuentro del Obispo de Chilpancingo-Chilapa, quien presuntamente pactó la tranquilidad de esa región con un líder criminal de aquella zona. El mismo papa Juan Pablo II nos invitó a ser embajadores de la paz a la luz del Evangelio. Aun cuando los hechos de violencia no han cesado en dicha demarcación e inclusive juristas solicitan se investigue al prelado Salvador Rangel, quien dijo haber pactado con un líder de la delincuencia organizada el cese de la inseguridad a cambio de compromisos reales de candidatos en las futuras elecciones.
El presbítero en Córdoba insistió que la labor de cualquier ministro religioso es motivar desde el púlpito y la homilía a todos a buscar la verdad mediante el Evangelio.
Aunque reservado ante las quejas y señalamientos que surgieron luego de dicho anuncio, insistió que una sana convivencia en la sociedad buscará siempre el bien comunitario y que es lo que se anhela por todos. Por tanto, desde la homilía y los mensajes que se envían a través de los medios de comunicación se pretende llevar la palabra de Dios y lograr la reconversión que nos lleve como sociedad a buscar la justicia y “ese es el trabajo de cualquier ministro de Cristo”.
Un sacerdote tiene que buscar por sobre todo la paz social, a fin de que los ciudadanos puedan gozar de un encuentro con Cristo.
Al celebrar la fiesta de la Misericordia en este segundo domingo de Pascua, recordó que es la oportunidad de caminar en la expresión del misionero del amor.
