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Modernidad: retos y perspectivas

Superiberia

Esta semana se llevó a cabo en las Facultades de Ciencias y de Filosofía y Letras de la UNAM el Coloquio Modernidad y naturaleza, organizado por el Seminario Universitario de la Modernidad, fundado en 2004 por Bolívar Echeverría y actualmente coordinado por Raquel Serur. Dicho seminario se creó con la finalidad de determinar el concepto básico de la modernidad, discernir sus diferentes tipos y señalar las transformaciones que ha sufrido a lo largo de la historia y el impacto que éstas han tenido en los ámbitos de la vida social mexicana.

Por nuestro lado tan sólo quisiéramos plantear algunas cuestiones inspirados en los postulados del querido maestro Bolívar Echeverría. Gracias a quien no podemos ignorar que, no obstante que el proyecto profundo de la modernidad era lograr la abundancia y la emancipación de las personas y la humanidad, sus resultados han sido totalmente contrarios. 

Lo que impera es la desigualdad, la acumulación en unos pocos de la riqueza y el poder frente a la escasez de muchos, la intolerancia, relaciones sociales dislocadas y un individualismo ciego y egoísta.

Cosas patentes en que, por ejemplo, los europeos, hoy justamente indignados, no se preocuparon de la situación de los migrantes africanos y latinoamericanos a sus países, como en México tan sólo un puñado de gente digna y solidaria se ocupa de los migrantes en camino a los EU; en vez de la consolidación de la civilización se ha pronunciado la barbarie, la espiral de violencia se está profundizando en distintas latitudes del mundo; y en el resurgimiento de los fundamentalismos es cada vez más evidente.

Por situaciones como las referidas es que nos preguntarnos si realmente se cuenta con alternativas al sistema político, económico, social y cultural dominante que ha resultado rapaz, egoísta y ecocida. 

¿Podemos imaginar otro mundo en el que se dé un cambio de valores; en el que el materialismo, el mercantilismo y la explotación de las personas y la naturaleza deje de ser la pauta de nuestro sistema de convivencia? ¿Cómo lograr está vuelta de página, qué nuevas utopías han de guiarnos?Al reflexionar sobre la modernidad también vemos conquistas inconclusas, como el lograr una cabal secularización, tanto en el ámbito público como en el privado. En el caso mexicano, por ejemplo, donde sensatamente no existe una política anti-eclesiástica, tampoco se ha eliminado la presencia de lo eclesiástico en lo político. Y en este caso, como en otros, para evitar regresiones infructíferas se ha de consolidar con lo empezado.

No podemos evadir el cuestionar qué papel deben jugar la ciencia y la tecnología cuando vemos que, no obstante que algunas de sus promesas se han cumplido, sus beneficios no han llegado a toda la humanidad.

No podemos vanagloriarnos de que la esperanza de vida haya aumentado sustancialmente en el último siglo, cuando aún hay niños que mueren de enfermedades curables en todas las naciones del mundo; cuando un gran porcentaje de la gente del mundo no tiene acceso a avances tecnológicos tan básicos como actualmente lo es la energía eléctrica.

Sin duda, como alguna vez dijo Bolívar Echeverría, el mayor reto que se nos presenta es un reto a la imaginación pues hemos de partir de ella para pensar nuevos proyectos civilizatorios que sean sustentables, plurales, realmente democráticos, solidarios y humanistas; para que en naciones como la nuestra podamos construir alternativas que nos permitan dejar de importar conocimientos, tecnologías, prioridades, puntos de partida, perspectivas y fines, y que su vez nos psibiliten generar soluciones locales que tengan cabida en un mundo cada vez más globalizado.

Directora de la Facultad de Ciencias, UNAM 
Profesor de la FFyL, UNAM
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