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Renee… ¿Y el agua para Necoxtla?

Superiberia

 

Ciudad Mendoza.- Para no morir de sed, tres de cada 10 niñas que cursan la primaria de entre seis y 12 años de la localidad de Necoxtla, dejan de ir a la escuela para caminar más de 3 kilómetros diarios a los escurrimientos de los cerros, y acarrear de regreso los galones de agua que tienen que llevar a
sus casas.

 

Entre la población infantil también impera el machismo, pues los padres obligadan a las niñas a que  falten a clases en la primaria Gabriela Mistral, para acompañar a sus madres por el vital líquido que juntan en las llaves comunitarias, mismo que usan para preparar sus alimentos y beber.

 

En el caso de las mujeres y las niñas, recoger agua reduce el tiempo que pueden dedicar al cuidado de sus familias y al estudio. En zonas inseguras, conlleva el riesgo de ser víctimas de violencia y ataques, según informes de la Unicef.

 

  “Si no voy con mi mamá, no tenemos agua para tomar”, es la motivación para Celina Rosario Francisco de 10 años, quien todos los días se levanta a las cinco horas para que su galón de 20 litros sea uno de los primeros en la fila de la llave que está frente a la iglesia, sabe que si se despierta más tarde ya no alcanzará agua ahí, y tendrá que caminar otra hora más.

 

Aunque no aguanta el peso de la garrafa, no tiene otra opción y la va arrastrando con cuidado por el camino. Para ella, al igual que muchas niñas más de Necoxtla no existe la palabra flojera para no despertarse temprano, porque la sed no espera, principalmente en los días de calor.

 

“Yo nada más quiero salir de mi casa y que de la llave salga agua para lavarme la cara, así como en Mendoza. Porque así mi papa me dejaría ir a la escuela” dijo. “Si me canso porque a veces hasta subo dos veces por agua, pero si no voy no tenemos que tomar y ahorita está haciendo mucho calor”, agregó la menor.

 

La necesidad de tener como mínimo 80 litros de agua en sus casas para las familias es más importante que la educación, porque argumentan que sin saber leer y escribir pueden vivir, pero “sin agua nadie sobrevive”.

 

La falta de este recurso apto para el consumo humano, problema que no ha sido atendido por el alcalde Renee Huerta Rodríguez, podría tener consecuencias trágicas para la población infantil de Necoxtla, ya que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en promedio, cerca de mil niños mueren todos los días a causa de enfermedades diarreicas asociadas al consumo de agua contaminada, al saneamiento deficiente, o a malas prácticas de higiene.

 

Los pobladores señalaron que estas infecciones son comunes entre los niños porque consumen agua insalubre, al grado de que ya no acuden al centro de Salud porque seguirán igual mientras sigan sin agua potable.

Yuri Aranda

El Buen Tono 

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