Ciudad Mendoza.- Hasta en 500 y 700 pesos cada uno se malbaratan los muebles de madera que elaboran cerca de 15 campesinos de la comunidad de La Cuesta. A pesar de que la tala de árboles está penada por la Ley Forestal, cerca del 85 por ciento de la población de ese lugar,
sigue explotando los recursos del bosque.
Materiales como polín, chambranas, clavos, pegamento, y metros de madera de pino, encino y ocote son usados por los carpinteros para producir sus muebles, en los cuales invierten entre 120 pesos si de un mueble pequeño se trata, mismo que apenas si logran vender en 140 pesos.
“Últimamente ya casi no estamos vendiendo, pero qué hacemos si los muebles son nuestro oficio y es lo que nuestros padres nos enseñaron a hacer para ganarnos la vida. En cualquier lado que vamos la gente siempre quiere barato y con tal de llevarnos algo a la casa, lo damos más barato”, compartió Ponciano Xanahua, quien desde las siete de la mañana hasta que oscurece vende sus muebles en el crucero de la avenida Morelos. La producción de carbón, leña y la elaboración de artesanías de barro son otras actividades comerciales de La Cuesta, mismas que desde hace más de 10 años ha dejado de generar los ingresos suficientes a cada familia. Actualmente cada familia sobrevive con 70 y 100 pesos diarios.
Lo anterior fue señalado líder de la localidad, Francisco González Salvador, quien también agregó que debido a las escasas ventas de lo que produce el bosque, agregó que cada mes son cerca de 12 habitantes, en su mayoría hombres, los que han tenido que emigrar a otros estados como Monterrey y el Distrito Federal para progresar y mejorar sus condiciones de vida.
“Yo soy nativo de aquí y conozco muy bien a la comunidad, desde el 94 el bosque dejó de darnos para vivir porque ya no se vende como antes todos lo que se hace aquí en el cerro. Si para la gente de la ciudad la vida es difícil, para nosotros los indígenas es mucho más porque no tenemos las mismas oportunidades y tenemos que hacer lo que sabemos hacer”, apuntó.
En Soledad Atzompa, y en comunidades como La Cuesta, Ocotla, Tetzmola, Palo Verde, en donde se destaca el aprovechamiento de la madera de pino como materia prima para a la venta de muebles, se estima una devastación de más de 50 hectáreas anuales, según datos de la Conafor.
Yuri Aranda
El Buen Tono
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