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EBT, EL SEPTENIO

Superiberia

Por: Andrés Timoteo  /  columnista

EBT, EL SEPTENIO

Fue un proyecto que nació a contracorriente, incomodando a las élites políticas y empresariales, además de fastidiar al monopolio informativo que había en la región. Lo quisieron doblegar, pero no pudieron. Lo quemaron a fin de pararlo, pero resurgió de sus cenizas. Aquí sigue, leyéndose. Y ya son siete años de que El Buen Tono circula en la zona Centro perfilando la agenda noticiosa.

El septenio se cumplió el pasado viernes, 5 de octubre y como lo expresó el Presidente del Consejo Editorial, José Abella García: “nos falta mucho, pero también hemos hecho mucho”, en el entendido de que es “un medio de comunicación donde se crea conciencia y se puede hacer que las cosas se hagan, con el fin de buscar el bien común”.

Cumplir ese objetivo ha tenido un costo y dentro de un mes, el 6 de noviembre, se cumplirán siete años de que El Buen Tono fue el blanco de un atentando planeado, se deduce, desde algunos rincones del poder político y empresarial que estaban -y siguen estando- molestos por las verdades publicadas. Como todos saben, un grupo de hombres armados perteneciente al crimen organizado -pero contratados por terceros- incendió las instalaciones de esta casa editorial.

Desde entonces han corrido siete años de impunidad. A pesar de que se identificaron a los autores materiales y algunos de ellos revelaron la identidad de quienes los contrataron para perpetuar el atentado, nadie ha sido llevado ante los tribunales. En un País democrático, el incendio de un periódico sería un acto inaceptable. En Veracruz no, y ya quedó en la historia como una página negra.

Hoy, con siete años de edad, El Buen Tono, goza de buena salud, sigue creciendo, ganándose a pulso la preferencia de los lectores. Tiene además una edición hermana, más joven por supuesto, El Buen Tono Orizaba. Ambas se alistan para los nuevos tiempos políticos que se avecinan, la de la primera alternancia en el País y la del segundo cambio político en Veracruz. La línea editorial sigue inamovible y los dos periódicos serán parte del contrapeso que se necesita en los contextos de absolutismo político.

Desde este espacio va un reconocimiento suficiente al esfuerzo para hacer periodismo en un ambiente que no carece de riesgos inmediatos para todos los que hacen El Buen Tono en Córdoba y Orizaba: los colegas reporteros, los directores y subdirectores de las ediciones, los encargados de la redacción, al personal administrativo, los publicistas y los voceadores que hacen posible que el proyecto periodístico se haga realidad cada día.

También una felicitación a los integrantes de esta casa editorial, que no es un proyecto coyuntural sino de largo plazo que lleva el propósito de prestar un servicio social a la comunidad manteniéndola informada para que pueda tomar las mejores decisiones. Tal es la contribución que El Buen Tono hace a la tan necesaria democracia. Y de los del frente y los costados, como decía un viejo editor en el siglo pasado cuando lo atosigaban por mantener su periódico circulando: nos odian, pero nos leen y con eso basta.

ÚLTIMO MES

También desde el pasado 5 de octubre se activó la cuenta regresiva para la presente Legislatura estatal. Octubre será el último mes para los diputados locales, a excepción de cinco que lograron reelegirse. El próximo cinco de noviembre se instalará la 65 legislatura que por numeralia electoral será histórica pues el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) tendrá mayoría casi absoluta.

Lo mismo sucedió a nivel nacional, en el Congreso de la Unión – las cámaras de senadores y diputados- donde también Morena tiene un control mayoritario, el Partido Acción Nacional (PAN) es la segunda fuerza numérica y hay una retahíla de grupos parlamentarios menores del PRI, PRD, PVEM, Movimiento Ciudadano, PT y hasta de partidos ya extintos en el registro electoral como el PES y Panal.

Pero no sólo por el número de escaños para Morena serán legislaturas históricas sino porque habrá la oportunidad de demostrar que el cambio votado en las urnas sirvió para dignificar el quehacer parlamentario. La ciudadanía le dio la oportunidad a Morena para asumir el control del Poder Legislativo a nivel federal y estatal para hacer que las cosas sean diferentes.

En Veracruz, los diputados de Morena tienen un doble compromiso. Por un lado, cumplir con la oferta de campaña para legislar a favor de las mayorías y no de los intereses políticos de partidos o grupos, de no traicionar al pueblo con normas e impuestos abusivos o presupuestos indignos, además de fiscalizar estrictamente el gasto público y exigir sanciones a los que incurran en actos de corrupción.

Por el otro lado, la mayoría morenista deberá limpiar el tiradero que deja la presente legislatura, incluyendo a los de la bancada de su propio partido, cuyos integrantes resultaron iguales que sus antecesores: llenos de pifias, frivolidades y escándalos de todo tipo, desde monetarios hasta sexuales. La 64 legislatura puede considerarse un fracaso y sus miembros, la gran decepción.

A excepción de dos o tres diputados, el resto nadie se salva. No hubo nivel de debate, no hubo cumplimiento de promesas de campaña, pocos regresaron a sus Distritos para dar la cara a sus electores y muchos sólo usaron la curul para evitar se indiciados judicialmente por su historial delictivo. Ninguna de las bancadas legislativas se salva.

La del PAN, con su dirigente, el analfabeta Sergio Hernández – ¡que se reeligió como plurinominal, la desfachatez de la desfachatez! – fue exhibida por usar el dinero parlamentario para costear fiestas, drogas y prostitutas. La de Morena, con su entonces líder Cruz Malpica, también fue ventaneada por usar el dinero legislativo para financiar las giras de López Obrador.

Ambas fracciones también se dedicaron a comprar ‘cascajo’, es decir, a los diputados que eran desechados de otras fuerzas partidistas, para engrosar sus filas no importándoles la calidad ética y política de los nuevos allegados. Los panistas anexaron a Eva Cadena, Judith González Sheridan, Sebastián Reyes Arellano, Regina Vázquez Saut y Rodrigo García Escalante.

Los morenistas hicieron lo mismo con la escandalosa Cinthya Amaranta Lobato, quien ya había brincado del Movimiento Ciudadano al PAN, y recientemente a perredista José Kirsch Sánchez, el autor de la ignominiosa “Ley Anti-meme” y quien presume que una vez en Morena será llamado al gabinete de García Jiménez.

La presente legislatura también ha brillado por tener a personajes que son una calamidad por su comportamiento moral y su desempeño público. Ahí están los duartistas Juan Manuel del Castillo, diputado por Córdoba y Vicente Benítez, de San Andrés Tuxtla, involucrados en el saqueo financiero de la entidad, pero que han gozado de fuero para no ser procesados judicialmente. Afortunadamente éste se les vence el 4 de noviembre, en menos de un mes.

Otros de los inefables personajes que se sentaron durante dos años en una curul son el exalcalde de Ciudad Mendoza, Sergio Rodríguez Cortés, famoso por su ebriedad y chanchullos, el presunto poseedor de vehículos robados, Fernando Kuri, exalcalde de Oluta y primo de otro granuja, el exdiputado orizabeño Fidel Kuri, y el apodado “Gallo Bolo”, Ernesto Cuevas Hernández, exalcalde de Juchique de Ferrer, a quien la policía ha detenido en varias ocasiones portando armas de fuego prohibidas.

La zona Centro del estado tiene ocho diputados y como siempre se ha indicado en este espacio, los ciudadanos tienen que hacer un balance de ellos, evaluarlos para definir lo que hicieron o no hicieron por sus distritos o en su caso, por las regiones de donde son originarios. Es necesario saber cuántos de ellos regresaron a dar cuentas a sus votantes y cuántos gestionaron obras, servicios o propusieron leyes para mejor la vida de sus electores.

Además de Juan Manuel del Castillo, diputado por Córdoba y de Sergio Rodríguez Cortes, elegido plurinominal pero originario de Ciudad Mendoza, en la 64 legislatura estuvieron los cordobeses Janeth García y Zenyanzen Escobar, la zongoliqueña Dulce María García López, el orizabeño Rogelio Rodríguez y Nicolás de la Cruz de Ciudad Mendoza. También Hugo González Saavedra del distrito de Huatusco y Teresita Zuccolotto de la misma región. Ninguno de ellos se distinguió por proponer leyes o gestionar obras importantes, la mayoría se dedicaron a regalar chácharas en comunidades o colonias populares como asistencialismo electoral más que como ayuda a la población marginada. Tal vez el único que destacó por conducir discusiones y proyectos fue el morenista, pero el resto de los diputados resultaron un fiasco.

SIN CULTOS PARA LA CULTURA

Mientras a nivel nacional el escritor Paco Ignacio Taibo II asumirá la dirección del Fondo de Cultura Económica (FCE), en Veracruz no hay cultos para la cultura pues la propuesta conocida para dirigir la política cultural en el gobierno de Cuitláhuac García es toda una calamidad, la xalapeña, Silvia Alejandre Prado quien sería designada al frente de la Secretaría de Cultura que será creada en el organigrama estatal.

La señora más que promotora cultural ha sido una burócrata que siempre ha estado dispuesta a defender el cargo sin importar que atropelle a los artistas y sus obras. En el 2013 censuró una pieza de la creadora Iraís Esparza de la Galería de Arte Contemporáneo donde era directora, ordenando retirarla porque era un performance sobre una nota periodística que hablaba de la violencia en Veracruz bajo el gobierno de Javier Duarte.

 Alejandre junto con el entonces director del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), Alejandro Mariano, acusaron a la obra de “carecer de valor estético, cultural y conceptual”, todo porque mostraba el desastre económico, humanitario y social del régimen duartista. Vaya, poco faltó para que Silvia Alejandre ordenara quemar en una pira pública dicho cuadro por evidenciar desde el arte el desastre del exgobernador.

Hoy, cinco años después, Alejandre es otra de las duartistas que se acomodarían en el gabinete de Cuitláhuac García, donde la esperarán con los brazos abiertos algunos que también fueron incondicionales de Javier Duarte, pero que ahora están artificialmente redimidos como Ernesto Pérez Astorga quien será secretario de Desarrollo Económico.

La madrina de Alejandre Prado, dicen en los merenderos morenistas, es la diputada local electa y empresaria radiofónica, Miriam Farráez, quien conoce de arte lo mismo que de física cuántica, pero es una de las que le habla al oído al próximo gobernante. En fin, la calamidad está por apoderarse de las políticas culturales en el sexenio por iniciar.

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