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Gatopardo ¿QUEREMOS QUE LO BUENO SIGA CONTANDO?

Superiberia

Por: Aleluya Moreno Lorences Oropesa  / columnista

El 62% de los mexicanos desaprueba a Enrique Peña Nieto, el 74% se duele de los retrocesos Constitucionales del sexenio; sólo 16 millones lo apoya (De las Heras, 6 de septiembre de 2017). Pew Research Center reporta 85% de reprobación del régimen.

En contra de la popular idea de no haber quinto malo, el Ejecutivo Federal cosecha tempestades acumuladas desde antes de la muerte de Paulette Gebara; por la represión de los ejidatarios de Atenco; por comprar el título de licenciado con una tesis fusilada; por no haber leído tres libros completos en su vida; gracias al despeñadero propiciado entre otras cuitas por el desliz conyugal de la Casa Blanca; terremotos imprevistos y fraudes maquinados. Por los 12.4 millones de documentos reservados como secretos de Estado, hasta que prescriban probables delitos comunes y de lesa humanidad.

Es sabido que favorecer políticas apátridas desgasta: peor se pone la cosa para un Estado obligado a ocultar el deterioro veloz del gobernante en turno, retardando su estrepitosa caída a seis meses de la elección partidista de su relevo y a diez meses de ceder el poder a cualquier candidato electo deseoso de prestigiarse encausando judicialmente al responsable saliente de seguros faltantes, así como éste lo hizo con los Duarte, don Borge y la señora Gordillo.

Siendo el descrédito del militante al de su partido, muy caro paga el PRI la legalización de la miseria y la explotación del pueblo; por el aval y firmas facilitadoras de apátridas reformas Constitucionales, bajo la engañifa de hacerlo gracias a -“pactos por México”.

Peor les va con la acumulación de fraudes tramados por al menos 22 gobernadores y funcionarios investigados y en procesos carcelarios durante lo que va del régimen, muchos distinguidos en su momento estelar como modelos de Gobierno.

Con un par de ellos presos y decenas tránsfugas; por razones como las del caso Odebrecht, implicando a más de un preciso y el robo de recursos del erario con la participación de Universidades públicas y privadas en calidad de sub-contratantes. Por su empeño en asegurar el pago puntual de más de 600 mil millones de pesos de intereses por la deuda, a cambio de empeñar la pobreza de México. Por la salida de millones de dólares en calidad de ganancias monopólicas extraordinarias y mediante la fuga de capitales, evadiendo el pago de impuestos.

MÁS CARO EL CALDO, QUE LAS ALBÓNDIGAS

Del festín ratonil coludido por la irregular contrata de la autopista Paso Express al socavón del mal momento pasado por los dolientes y sus muertos, por lo menos debiera de costarle el cargo al secretario de la STC Gerardo Ruiz Esparza y a la mitad de sus colaboradores y, a su jefe superior, lo que le toque a cambio de probables beneficios encriptados.

El desgaste de los mandatarios no es extraño en las redes del poder corrupto; un principio inalterable de los políticos mercenarios es prometer en campaña lo que no harán estando en el cargo, pues realmente son electos para prolongar la insatisfacción de expectativas favorables a la mayoría social. Paradójicamente, lo que es lesivo para ellos, resulta beneficioso para las minorías privilegiadas.

Pero, hay un hincapié que el poder no perdona: a menores habilidades para retardar su decadencia, el político exhibicionista e inepto impide la estabilidad del grupo en el poder, del Estado y del Sistema, encareciendo el costo de sostenerlo mediante onerosas campañas mediáticas, acuerdos oscuros con otras catervas, durante y después de su absurdo mandato.

Habida cuenta de que la caballada de 2018 está bien quemada y flaca y los pocos jamelgos rocinantes atascados de garrapatas, al Estado le urge reformar la Carta Magna ajustando sus términos ya sea para regular acuerdos previos o para sustentar futuros
que aseguren la continuidad transexenal de sus planes, sin importar las impericias, arrebatos, vicios ocultos
y arrebatos de gobernantes lelos, improvisados o
indeseables.

CURÁNDOSE EN SALUD

Es el caso de las reformas tardías a la Ley de Planeación propuestas por el Estado mediante la iniciativa correspondiente anunciada suavemente por EPN durante la campaña autopromocional del Quinto Informe: -“Lo bueno cuenta y queremos que siga contando” imponiéndonos la continuidad transexenal del programa neoliberal no por sus resultados, sino a fuerzas y sin importar quien gane la próxima contienda.

Si de por sí huele a tenis juvenil el objetivo de imponer un Fiscal a modo para proteger durante los próximos años a la cohorte saliente, más peor hiede la permanencia del programa favorecedor del yugo secular de la fuerza de trabajo mexicana, pues el sostenimiento de la enorme diferencia de salarios pagados aquí contra los devengados en los países desarrollados y de las oprobiosas condiciones de contrata nacional son el tributo obsequiado al capital, causa última de la repulsa a sus políticos.

A sabiendas de que la masa exige periódicos sacrificios para calmar sus reclamos, el Sistema ofrece y el presidente saliente exige candados proteccionistas avalados por sirvientes y víctimas para protegerse.

Quitándole funciones político-económicas clave al gobernante sólo lo deja como administrador de la hacienda, con candados que le impidan medrar y desviarse de la línea trazada por el Banco Mundial para adelgazar al Estado
con gobiernos austeros,
fieles, baratos y sinceros;
que no mientan, no roben
y no traicionen. Exactamente
el plan del escurridizo y habilidoso Peje.

LEY DE PLANEACIÓN REFORMADA

Hace cinco días EPN envió al Congreso la iniciativa de modificar la Ley de Planeación para asegurar la continuidad del Programa Nacional de Desarrollo (PND) considerando 20 años para su logro, elaborado de acuerdo a tratados internacionales y leyes federales e incluyendo la participación de la CNDH, la Comisión Nacional de Competencia Económica, el Instituto Federal de Comunicaciones, los Gobiernos Estatales, la sociedad civil, pueblos y comunidades indígenas.

La iniciativa asocia demagógicamente el PND a la permanencia de la democracia, los Derechos Humanos, la equidad, inclusión y la no discriminación, mientras que, autoritariamente, le otorga atribuciones a Hacienda hasta para elaborar y proponer al presidente en turno un proyecto de PND, además de evaluar sus resultados administrativos.

Previendo que caiga en manos indeseables, por Ley se le quitan funciones políticas clave a la Presidencia, hasta la propia capacidad de modificar leyes de oprobio, dejándole únicamente acciones diplomáticas, de ornato, administrativas y control social.

Presagiando desarreglos entre tribus acostumbradas a bloquear proyectos para imponer negociaciones turbias, propone que a dos meses de presentado al Congreso para su aprobación el PND se apruebe por iniciativa ficta,
o sea de hecho.

Que el encargado saliente se obligue a proponer una reforma dictatorial de Ley en medio de su acelerado desgaste, externa la incapacidad manifiesta y la falta de liderazgo en todas las esferas del Gobierno, del Congreso, de los partidos políticos y los procesos organizados por el INE para asegura su relevo, la estabilidad y el plan de desarrollo vigente ateridos no tanto porque el carnal Peje  o el ambicioso Anaya se sienten en la anhelada silla presidencial, como por las improntas de la historia venidera de una sociedad hastiada.

De igual modo cubre la fragilidad presente y futura de los tratados internacionales (TLC, TTP, TPP) malogrados por la intromisión de los intereses del grupo de poder de Donald Trump en los juegos internacionales del neoliberalismo liderado por los Clinton y los Bush, que incluían la obligatoriedad del País para sostener acuerdos pactados y la subordinación a decisiones obligatorias y penalidades impuestas por cortes internacionales a modo.

Con bolitas y palitos: así como Macron en la Francia desarrollada ha impuesto medidas lesivas en contra del trabajo reprimiendo implacablemente las protestas de –“los holgazanes, los cínicos y los extremos”, ¿qué esperar en el futuro de México sino el incremento de la lucha de clases, en la medida de que las masas se cansen de soportar con su miseria la riqueza de unos cuántos? Al prever revueltas inevitables, bienvenidas son por el estatus quo  siempre y cuando no tengan pies ni cabeza contestatarias; mas sí, de cachazudos alineados reformistas.

CUANDO EL PATRÓN MANDA, LA COLIFLOR SE ABARATA

La política pública es un enorme negocio de redes complejas y pequeñas tramas expandidas por todo el mundo; sus expresiones son infinitas dentro de peleas interpartidistas reformistas alineadas a las tácticas de centro democracia, o socialdemocracia operadas por los mismos políticos chapulines   o por sus parientes desde hace medio siglo, para quienes las cosas deben seguir igual: aportando materias primas y laborales baratas al capital, acceso ilimitado de la IP a las reservas petroleras y de agua para fracking  extracciones; con creciente deuda nacional y su pago puntual de intereses, así como seguir siendo parte del cinturón de seguridad de los Estados Unidos, al costo creciente de la inconformidad social y de sus crecientes dificultades para controlar, ni de evitar la gestación y crecimiento de opositores; muchos son reprimidos, otros asimilados-cooptados. Estos han sido capacitados y colocados en puestos clave para impulsar reformas de objetivos enajenados.

Por las cuentas destinadas al control de masas mediante la vía electorera queda claro que los políticos fracasan, cuando mayoría del padrón electoral no vota, pues anulan el supuesto democrático de las garantías individuales y la legitimidad del sistema, del Estado y de regímenes gubernamentales electos por leve mayoría de la minoría votante.

Tratándose la política
electoral de un engaño estratégico destinado al control ideológico de masas, la actividad no resulta de improvisaciones, aunque está llena de errores y casualidades debidas a desarreglos entre quienes las orquestan y quienes las operan mediante partidos quemados, desprestigiados y sin militantes capaces reconocidos por las masas.

Para resarcir la falla de representatividad partidaria y liderazgo aceptado, se promueve la táctica de constituir frentes o coaliciones partidarias que presenten un programa unificado al Congreso, aparentando democracia, así como candidatos externos sin el estigma partidaria corrupta, seleccionados con técnicas empresariales mediante consultas y encuestas abiertas hechas por teléfono, capaces de interesar a la gente de participar masivamente en el próximo evento electoral.

Con el mismo propósito, un tiempo se promovió y facilitó el registro de candidatos independientes, con resultados infames, a lo Bronco. Pero, lástima, la mula que no era arisca, ya no se deja engatusar tan fácilmente.

CON UN GRAN ABSTENCIONISMO EN 2018, GANARÁN LOS MISMOS

En ese entorno, mientras cuentas alegres del INE auguran la participación del 60% del padrón electoral punteada por las preferencias hasta ahorita de un personaje que no cuenta con las simpatías de la mayoría de la clase política mexicana, ni del pueblo, AMLO, extrañamente no desgastado después de más
de un cuarto de siglo de andar en campaña por todo México y el mundo, estadísticas elaboradas por empresas particulares indican el poco interés de la gente en el próximo evento electoral.

Identificada la abstención histórica de más del 50% como el enemigo a vencer y el esperado castigo a los corruptos depositando el voto a favor de Mary Chuy, el Estado calienta momios sin reparos en propagar la supuesta puntería de Andrés fascinando a reformistas, liberales y anarquistas, así como espantando a tontos con la amenaza de su coco para incrementar el caudal de votos, ya sea a su favor, o en su contra. Total, caballo desbocado y cansado, difícilmente llegará a la meta.

Olvidando principios de identidad histórica, las dirigencias nacionales del PAN, del PRD y del MC pactan una fase de acercamientos programáticos creando el Frente Ciudadano por México; aderezado con iniciativas presentadas al Congreso, es la antesala de un frente electoral exitoso y de la instalación del Gobierno de coalición legitimado, amarrado al Programa Nacional de Desarrollo heredado. Con un PRI debilitado, si gana con la fórmula empleada en el Estado de México la libra.

De perder la presidencia Nacional, mantendrá la capacidad de colocar a sus principales cuadros en el Congreso, controlando al incómodo electo obligado por Ley de Planeación a seguir el plan neoliberal trazado.

Con un sexenio a modo de “año sabático”, la vieja clase política gozará de la transición necesaria para que las masas olviden tanta ofensa, delegando en otros la Administración la crisis general del sistema y previstas repulsas del pueblo. Ya habrá dentro de 6 o 12 años oportunidad de volver limpios de las manos, al pasado.

Extrañamente, representados simbólicamente por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, resabios del nacionalismo se mueven amenazando con incursionar en la política progresista sustentada por el Consejo Nacional Indígena. Mientras, izquierdistas acomodaticios guiados por AMLO amurallados en Morena-PT suman cándidos adeptos y tránsfugas de todos los partidos creyendo ganar con facilidad la próxima contienda. Pero, lástima, los pone al borde del nocaut la hábil propuesta de Dante Delgado capitaneando al niño prodigio Anaya y a la frígida Alejandra, para evolucionar juntos y revueltos del exitoso Pacto por México al futurista Frente Ciudadano por México socialdemócrata garante del continuismo programático, sobre todo por su carnales alianzas con el PRI, si no públicas, sí discretas, como sucedió en no pocos Ayuntamientos durante las pasadas elecciones.

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Participan 9 escuelas en el desfile

Identificados: eran hermanos