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LA DEUDA ETERNA

Superiberia

Por Andrés Timoteo / columnista

LA DEUDA ETERNA

El tema de la semana fue, sin duda, la famosa reestructuración de la deuda pública de Veracruz promovida por el Gobierno Estatal y aprobada el miércoles en el Congreso Local. Se refinanciarán 41 mil millones 800 mil pesos, es decir, se alargará el plazo para bajar intereses y los pagos parciales, lo que hará que el monto se eleve a 56 mil millones de pesos, o sea, 15 mil millones de pesos más.

En este asunto hay varios bemoles. Uno, esa deuda no la adquirió el gobierno de Cuitláhuac García sino es una herencia tóxica de los exgobernadores Miguel Alemán -quien adquirió 3 mil 500 millones-, el innombrable -que la elevó a 20 mil millones- y Javier Duarte que la creció hasta los 41 mil millones. 

Ahora, García Jiménez debe afrontar la situación financiera y aún con las criticas de algunos sectores, no tendría otra opción. Y ahí está la lectura de trasfondo. El refinanciamiento permitirá, según la explicación del titular del secretario de Finanzas, José Luis Lima, la posibilidad de acceder a nuevos créditos hasta por 4 mil 800 millones de pesos. Esto confirma que Veracruz no recibirá el apoyo presupuestario de la Federación como tanto se porfió al inicio del sexenio.

No hay que olvidar que para afrontar los pagos de fin de año, el Mandatario Estatal tuvo que recurrir a préstamos quirografarios -que se deben pagar a un plazo inmediato de hasta 12 meses- por 4 mil 865 millones de pesos y no obtuvo ese recurso del Gobierno Federal como se había pregonado. Ahora van por nuevos empréstitos para tener operatividad financiera.

¿Qué significa? Que por más que el presidente López Obrador se diga que es veracruzano por lado paterno -“choco-jarocho”, según la jerga- y afirme que quiere mucho a Veracruz, el amor no se refleja en rescate ni en apoyo. La Entidad tendrá que seguir endeudándose hasta la eternidad porque ahora se dice que el plazo para pagar los pasivos será a 20 años, o sea, hasta el 2040, pero nadie dude que los gobernadores sucesivos también hagan sus reestructuraciones para alargar el grillete hasta la consumación de los siglos.

La otra lectura a ras de suelo es precisamente eso, que los gobernantes llegan y se van, pero los que siguen -y seguirán- endeudados son los ciudadanos. Hasta ahora, haciéndolo el calculo aritmético simple, con los 41 mil 769 millones de pesos de deuda bancaria reconocida, cada veracruzano -sea recién nacido, anciano, enfermo, adolescente, discapacitado, desempleado o trabajador en activo- debe 5 mil 221 pesos. Con la reestructuración aprobada pasarán a deber 7 mil pesos cada uno.

Alguien diría que nadie va a pagar eso porque así no operan las cosas, pero esa es una tesis engañosa porque no lo harán abiertamente, pero sí saldrá de su bolsillo los recursos para enfrentar los empréstitos. O sea, la deuda la pagarán los ocho millones de veracruzanos. Y tal como se dijo antes, esta deuda reestructurada es tan sólo la bancaria porque los pasivos reales ascienden, según los expertos, a 90 mil millones de pesos.

Con esa cifra, entonces cada veracruzano debe en realidad 11 mil 300 pesos y con la nueva reestructuración, la cifra global se elevará a 104 mil millones de pesos y cada ciudadano cargará a sus espaldas 13 mil 200 pesos. Lo peor es que la mayor parte de esa deuda fue a parar a las fortunas personales de Javier Duarte, del innombrable y sus excolaboradores. Es decir, los veracruzanos deben lo que esos pillos se robaron.

JUICIO PERDIDO

Se perdió el primer juicio en la historia de América Latina donde un perrito de nombre “Campeón” acudió en calidad de testigo y víctima. El juez de un tribunal penal de Atenas, Costa Rica, falló el viernes de la semana pasada a favor de la exdueña de “Campeón” porque no se pudo comprobar el delito de maltrato a un animal doméstico bajo su responsabilidad. Juicio perdido sí, pero hay un avance ganado.

El proceso fue pionero en el campo jurídico a favor de los derechos de cuarta generación, en este caso de los animales, y abrió la ruta para que el maltrato y muerte a los mismos se lleve a los tribunales para buscar el castigo para los abusadores. Lo de Costa Rica es un ejemplo forzoso para México y Veracruz tan alejados de la modernidad jurídica que resguarda a esos seres vivos indefensos y vulnerables ante la maldad de los humanos.

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