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LOS SALTAMONTES

Superiberia

Por: Andrés Timoteo / columnista

Ayer comenzaron a brincar los ‘saltamontes’ de la política aldeana pues al menos tres diputados que tienen menos de cuatro meses de haber llegado al Congreso Local dejaron botadas las curules para irse como candidatos a las Alcaldías. Se trata del panista Hipólito Deschamps Espino-Barros, del priista Carlos Vasconcelos Guevara y la morenista, Eva Felícitas Cadena Sandoval.

El primero, es de la corriente llamada “PAN rojo”, liderado por  los exdirigentes del partido, Enrique Cambranis y Alejandro Vázquez Cuevas, férreos opositores del grupo encabezado por el Gobernador. Este Diputado quiere ser candidato de la alianza PAN-PRD a la presidencia municipal de Medellín de Bravo, aunque siempre ha vivido en  Boca de Río, pero como no tiene posibilidad alguna para buscar la alcaldía boqueña decidió intentarlo por Medellín de Bravo.

Deschamps tampoco tiene brillo propio, los cargos que ha obtenido en política –antes fue regidor en Boca del Río- siempre han sido por negociaciones de su tío, el exalcalde boqueño Ángel Deschamps y del grupo de panistas ligado a la fidelidad. La curul local la obtuvo por la vía plurinominal, no por voto en las urnas, y aún siendo un regalo, la dejó tirada para brincar a otra candidatura.

Por cierto, Hipólito Deschamps tiene nexos en la zona Centro. Uno de ellos es su pariente, el empresario hotelero César Deschamps Castellanos, suplente del alcalde de Fortín de las Flores, y quien debería ocupar la silla municipal una vez que desaforen a Armel Cid de León –aunque se rehúsa porque no le gusta juntarse con la ‘chusma’-. El perfumado Deschamps Castellanos aceptó la suplencia en la planilla priista en los comicios del 2014 pese a que siempre ha estado ligado con el panismo.

Incluso su posición en la formula a la alcaldía de Fortín de las Flores fue una cuota del exsecretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, quien fue panista, brincó a la fidelidad y ahora es diputado plurinominal por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Ah, y abriendo un paréntesis, se sabe que el cordobés Buganza Salmerón también solicitará licencia a la curul en breve, pero no será por buscar otro cargo sino por cuestiones de salud, pues al parecer resurgió la enfermedad que lo aquejaba hace tiempo.

El segundo nexo de Hipólito Deschamps con la zona centro se llama Víctor Serralde Martínez –o como se llame en realidad ese señor- . El exDiputado Federal por Huatusco junto con otros malquerientes del Gobernador, busca arrebatar plazas municipales al yunismo y, en el mejor de los casos, para ellos vender sus derrotas al mejor postor, como acostumbran. Además de Serralde, a Deschamps Espino-Barros lo arropan el diputado federal y exalcalde boqueño, Francisco Gutiérrez de Velazco, quien hace dos sexenios se declaraba como el panista más fidelista del estado.

Y la legisladora

porteña, Gabriela Ramírez.

Esta parlamentaria Ramírez  tiene un historial conocido por todos de negociar con el priismo, e incluso existe un audio de las elecciones de junio pasado en el cual personajes allegados a ella y a su esposo, Antonio Illescas Marín –en cuya cabecita también pretende ser candidato a la alcaldía de Veracruz-  hablaban de operar en contra de los candidatos panistas para facilitar el triunfo de los priistas. Ese audio saldrá a la luz en la disputa comicial que se avecina.

El segundo caso de los ‘saltamontes’ es de Carlos Vasconcelos Guevara,  líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en el Sur del Estado, que lleva como premio la candidatura a la alcaldía de Coatzacoalcos por haber enviado a la horda de porros que el 5 de junio pasado detuvo y zarandeó la camioneta en la que viajaba el senador Fernando Yunes, a quien intentaron acusar de que transportaba  boletas electorales clonadas y dinero en efectivo para coaccionar el voto.

A Vasconcelos Guevara siempre se le ha ligado con la familia Chagra Nacif, cercanísima al innombrable,  además lo relacionan con otros criminales. Por ejemplo, en septiembre pasado, un cártel del narcotráfico colocó mantas en diversos municipios del Sur, acusándolo de hacer negocios con delincuentes rivales, a cambio de un flujo de dinero mensual superior a los 100 mil pesos.

Pese a sus presunta colusión con el crimen organizado, el Diputado plurinominal –tampoco llegó al recinto legislativo por el voto ciudadano- será postulado por el PRI en Coatzacoalcos, aunque sus posibilidades son nulas pues el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ya es visto, desde ahora, como el virtual ganador de ese Ayuntamiento.

La tercera “chapulina” que salta de la curul a una candidatura municipal, es Eva Felícitas Cadena Sandoval, quien competirá por la alcaldía de Las Choapas abanderada por Morena, y de los tres citados es la única con posibilidades de victoria porque tiene el antecedente de haber ganado la Diputación por el distrito de Coatzacoalcos Rural en la contienda pasada, pese a los recursos inyectados del erario estatal y municipal a la campaña del tricolor.

Morena es un fenómeno en el Sur del Estado, y el único obstáculo que podría tener Cadena Sandoval para asegurar la Presidencia Municipal de Las Choapas, es la incidencia del crimen organizado, pues la región está convulsionada desde hace unos meses por el choque entre bandas delictivas.

En términos de ética política y moral pública, ninguno de esos tres legisladores merece que los ciudadanos les concedan el voto, porque abandonaron su representación parlamentaria para buscar otro ‘hueso’ y seguir enchufados al erario público. Ni Deschamps ni Vasconcelos ni Cadena tienen cara para solicitar el sufragio porque no hicieron nada por la ciudadanía de sus distritos en los escasos cuatro meses que estuvieron cobrando como Diputados Locales.

 

DIARIO DE UNA LADRONA

La literatura es un espejo, adornado o descarnado, de la realidad, y por eso, la localización de las agendas de la señora Karime Macías en una bodega de Córdoba hace recordar –guardando las distancias- la novela “Diario del ladrón” (Journal du voleur)  del francés Jean Genet, en la que el delincuente plasma, y justifica, sus maquinaciones.  El ladrón, dice Genet, vive en un mundo propio, virtual, donde hace valer  su derecho a apropiarse de lo ajeno, sean bienes materiales o cosas intangibles, como  la felicidad a los otros.

“Rechazando las virtudes del mundo, los criminales irremediablemente se comprometen a organizar un universo prohibido. Se comprometen a vivir en él. Para ellos el aire no es nauseabundo: pueden respirarlo”, deduce el escritor y es como si estuviera contando lo que sucedió en Veracruz bajo el reinado de los Duarte Macías, quienes vivían en su mundo virtual, paralelo al que vivían todos los veracruzanos, y en  donde sus excesos no tenían limites, y todo, hasta lo más abyecto, les estaba permitido.

Eso se puede apreciar en los textos de Macías Tubilla, al menos en los que se permitieron exhibir a la prensa, los cuales también son una combinación de un diario personal y la planeación en papel de los actos ilegales que cometió junto con su pareja, el exgobernante Javier Duarte.  Los  escritos también hacen recordar las agendas que llevan los famosos “contadores” de los cárteles del narcotráfico, en las que guardan nombres, direcciones y  teléfonos de sus cómplices, así como  las cantidades de dinero que les han asignado.

Es la ‘contabilidad del crimen’, pues, la que está presente en los cuadernos de la sureña Karime Macías. Ahí se tienen pormenores del delito, escritos de puño y letra por uno de sus autores: una mujer fanática de las filosofías orientales de superación personal y que,  aseguraba, merecía tener bienes en abundancia – y esos  bienes se los  robó al pueblo veracruzano- como si se tratara de una compensación del universo.

Y tanta fue su voracidad  que en la bodega de Córdoba se hallaron objetos que extrajo del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) como sillas de ruedas, despensas, andaderas y  útiles escolares. Es decir,  Macías de Duarte, le robó hasta a los más pobres y necesitados. ¿Qué pensaba hacer con esas cosas pues al menos en el caso de las despensas, éstas son perecederas? Lo encontrado en el almacén cordobés  revela la patología mental del matrimonio Duarte Macías, quienes se  robaron cosas por el simple hecho de satisfacer su cleptomanía.

Por otro lado, hay un dato trascendente sobre este caso: que la ubicación  de esa bodega secreta habría sido proporcionada por el exsecretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, como parte de las negociaciones con la Fiscalía General del Estado ahora que está siendo interrogado en el penal de Pacho Viejo.  Con tal de que no lo mezclen con población general pues estaría expuesto a represalias por parte de los rivales del  grupo del crimen organizado al que estuvo coludido durante su gestión pública, Bermúdez comenzó a revelar datos de sus cómplices.

No hay que olvidar que el Gobernador, estuvo en el organigrama de la Seguridad Pública Federal, encargado de los reclusorios y conoce el arte de negociar con los implicados o testigos protegidos para jalar la hebra que conduzca a otras capturas. Eso aplicó en el caso de Bermúdez y se afirma que el negociador fue el sucesor en la dependencia, Jaime Téllez Marie, a quien se le ha visto frecuentemente en Pacho Viejo.

Así, una de las primeras delaciones fue la dirección de dicha  bodega habilitada por el matrimonio Duarte Macías para guardar una parte del botín y disfrutarlo después de la tormenta, sea por ellos o por sus familiares. Por esto también las revelaciones de Bermúdez Zurita pusieron a temblar al resto de la banda, pues si algo hizo el exsecretario de Seguridad Pública fue investigar y espiar a los de su misma camada.

Es más, la fuente bien enterada afirma que lo de la bodega de Córdoba es apenas lo más leve de  la información que posee Bermúdez. Corre, por ejemplo, la especie de que tanto Duarte de Ochoa como otros exfuncionarios estatales sepultaron decenas de cajas repletas de dinero en efectivo en sus jardines o en patios de casas compradas con prestanombres.  En Coatzacoalcos y en Jalapa se cuenta esa leyenda urbana en los merenderos políticos.

Dicen que  mucho del dinero robado no se invirtió en bienes inmuebles o empresas convencionales, ni se maniobró en cuentas bancarias ni se llevó al extranjero, sino que sigue en Veracruz, está en billetes de diferente denominación que fueron colocados dentro de cajas de cartón y madera, y éstas a su vez,  enterradas para que no sean rastreadas en instrumentos financieros o decomisadas por las autoridades. Historias truculentas, pero ciertas, aseguran las fuentes.

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