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Otra de corrupción

Superiberia

>> En México el mercado del DVD está casi muerto. ¿La razón? Piratería. De cada diez películas que se venden en video, nueve son piratas.

La corrupción en México cuesta y cuesta mucho. Estos días me tocó ser testigo de un nuevo rubro en donde la transa y la ausencia de Estado de derecho nos afecta a todos. Me refiero al mundo del cine.

Hoy en México tenemos muy buen cine y muy buenos lugares para acudir a verlo. Es mejor lo segundo que lo primero. Los complejos de cine en México no le piden nada a lo que existe en los países más desarrollados.

Pero en cuanto a producción de cine podríamos estar mejor. Hay grandes películas que han puesto en alto el nombre de nuestro país… pero podría haber aún más, como diría Raúl Velasco.

Una de las razones importantes por las que no hay mejores producciones es que todas las que se hacen se tienen que concebir para ganar dinero únicamente a través del cine.

En Estados Unidos, que es el gran mercado del cine, las películas ganan dinero cuando salen a la pantalla grande, pero después de esto tienen ingresos adicionales e importantes para las productoras en ventas de DVD.

En México este mercado está casi muerto. ¿La razón? Piratería. De cada diez películas que se venden en video, nueve son piratas. Representan ingresos para los tramposos que las copian y nada para la casa productora que se jugó su tiempo, dinero y esfuerzo en producir una película.

Simplemente a manera de comparativo, en EU una película obtiene 16% de sus ingresos a través de la taquilla de cine, 47% por las ventas de DVD, 9% por ingresos de la TV de paga y 28% de TV abierta.

En cambio en México los ingresos de una película se obtienen en 85% en las salas de cine; sólo 10% por ventas de DVD y 5% por transmisión en TV abierta o de paga.

Lo peor es que como existe este boquete en el ingreso de los productores mexicanos, la solución, lejos de ser la de atacar con mayor firmeza la piratería, ha sido utilizar a papá Estado para financiar a productores que en algunos casos son buenos, pero en otros simplemente se meten el dinero público al bolsillo y se despreocupan en gran medida de hacer un producto de calidad.

En ese esquema todos perdemos. Pierden los productores porque no tienen esa alternativa de mercado que son los DVD. Pierde el Estado porque está financiando proyectos que en muchos casos son mediocres. Pierden las exhibidoras porque se sienten comprometidas a pasar esas películas en salas de cine prácticamente vacías. Y perdemos el público en general la oportunidad de tener un cine mexicano de mejor calidad.

Lo dicho. La piratería nos cuesta a todos. En este rubro, el del cine, en donde México es el cuarto país en el que más boletos de cine se venden (229 millones de boletos de cine al año), aun cuando no somos la cuarta economía del mundo.

Pero no solamente aquí. Tenemos los deshonrosos primeros lugares en tantos otros temas de piratería.

En medicinas pirata somos el sexto lugar mundial en venta y distribución de medicamentos falsificados. Y así estamos, en primeros lugares en piratería de software, de bebidas alcohólicas, de productos de vestir y un largo etcétera. El Consejo Coordinador Empresarial ha calculado que la piratería le cuesta a México 950 mil millones de pesos al año. Un dineral.

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